24 mayo 2008

Somos la resistencia


En vísperas del 25 de mayo, nuestra Fiesta Patria - aunque lo único que se escuche en estos días, es dónde se hace el TeDeum, los "tires y afloje" del gobierno con el campo, con los medios, con la Iglesia, etc, etc- les dejo para que lean un texto que escribió mi amigo y hermano Raúl Escudé. Él me mandó esto para que todos los que aquí entran puedan disfrutar. Sé que muchos de los que por aquí pasan no son de Argentina, pero vale para cualquier realidad.

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Quiero compartir con ustedes un pensamiento que surgió en mí a raíz de la noticia de la recomposición de relaciones entre la señora presidente y el grupo Clarín. Además parece que también van a comprar el grupo Telefe, con todo lo que ello implica (como clarín posee diario, TV, radio, e Internet) ante todo sentí un profundo asco, sinceramente los que están en el poder me dan nauseas.

Debo confesar que hay en mi también un fondo de decepción pues, como muchos vi en la figura de Néstor Kirchner a alguien que podría revertir la triste decadencia de mi amada Argentina, pero la verdad que me siento defraudado, engañado. Pensar que prometía un país en serio y un proyecto popular nacional…Confieso, casi con vergüenza que de haberme sido posible en 2003 lo hubiera votado. Hecha esta salvedad (que me parecía justa) vayamos al grano. Me pregunto: sí ya ejercían sobre los medios una presión represiva y censuradora ¿qué no harán ahora que otra vez tienen a Clarín en sus bolsillos y a Telefe pronto acomodado en el living de la residencia de olivos?

Desgraciadamente somos testigos de cómo los grandes autoritarios han usado la propaganda para generar en el pueblo una imagen distorsionada de la realidad, y sobre todo de ellos mismos, con el fin de ser los dueños de la opinión pública y realizar las más grandes atrocidades.

Basta hechar una mirada a la historia y aparece inmediatamente lo que hizo el nacional socialismo en la persona de Adolf Hitler mediante la propaganda: todo el pueblo alemán estaba convencido de que tenían que eliminar a los judíos y de que lo que hiciera Hitler estaba bien.

Podríamos también citar un ejemplo más cercano a nosotros: durante la guerra de Malvinas nos creíamos vencedores de un ejercito infame de gringos a los que les daba miedo embarrarse, pero resulto que de repente nos rendimos (claro que debe haber sido porque nos daban lástima!?)

Entonces ¿qué podemos hacer?

Podemos (y lo creo casi una obligación) ser la resistencia, pero ¿cómo? Quizás nos sirva el ejemplo de lo que han hecho otros: Cuando los nazis invadieron Polonia lo primero que hicieron fue “cortar” las cabezas pensantes, de un modo u otro intentaron cerrarles la boca para que no vieran la realidad y adormecerlos, así, en las tinieblas del no pensar. Los poetas, los profesores, los artistas, uno a uno todos fueron desapareciendo…Sin embargo algunos grupos de jóvenes quisieron resistir a ese régimen autoritario y se propusieron mantener viva su mente porque sabían que quien no piensa esta muy cerca de la muerte y la obediencia absoluta, mas aún cuando no son concientes de que los poderosos pretenden llevarlos como corderos al matadero.

Somos la resistencia sí pensamos, si sometemos a una critica inteligente los discursos que pretenden hacernos creer que en Argentina hemos vivido 200 años de fracaso, que un Río puede estar en el límite entre Chubut y Entre Ríos (cuac!), que la soja es un “yuyito” que crece en cualquier lado, y otras estupideces como estas.

Somos la resistencia sí nos proponemos ser cada día mejores, más honestos, amantes de la justicia y de la verdad, para que nadie compre nuestras ideas, ni nuestros principios, ni vendamos nuestra opinión al mejor postor.

Somos la resistencia sí cada día nos esforzamos por ayudar a un hermano que nos necesite sin mirar a quien, ni qué rédito puede darnos, ni exigirles que vayan a pegar a una plaza por nosotros, ni que les exijamos un voto a cambio del bienestar que les corresponde (no se puede obligar a alguien a ir a un piquete para darle un plato de comida)

Somos la resistencia sí leemos y formamos nuestra mente en busca de la verdad leyendo lo que los grandes autores clásicos han pensado y descubierto de la verdad, y si buscamos con amor y paciencia descubrir aspectos antes ausentes que queden para la posteridad.

Somos la resistencia, sobre todo, sí saliendo del letargo individualista al cual nos someten día a día y que nos hunde en el sueño de la insensibilidad, nos animamos a soñar con un mundo mejor y comenzamos a construirlo amando a los demás.

Raúl Escudé

D.N.I. 30.720.261